domingo, 8 de junio de 2014

LA TRIBUNA.es: EL GRECO EN EL CÓMIC

El Toledo del Greco representado con mano de cómic clásico (sobre estas líneas). El escritor, dibujante y editor toledano Héctor Caño, autor de El entierro del Conde de Orgaz (recientemente publicado por la editorial Celya), reconocía un año antes de la aparición de sus viñetas haber intentado «transmitir algo de épica» a la leyenda medieval que fue representada por el Greco.

«Normalmente nos imaginamos a Gonzalo Ruiz de Toledo postrado, como el artista lo pintó en su cuadro, pero yo he intentado imaginarlo a caballo, frente a la vista de Toledo bajo la tormenta, como si se tratase de un western, casi». El resultado es un espléndido trabajo, resultado de influencias diversas (desde el cómic clásico norteamericano hasta la multiplicidad de propuestas de los europeos), que ha contado con un sólido asesoramiento cultural.


«Doménicos, que no había visto ni siquiera un dibujo, se extasió ante las pinturas». Han pasado más de cincuenta años desde que Isabel Camberos y M. E. Lecuona imaginaron a un Greco de ojos azules que decidía convertirse en pintor después de contemplar los frescos minoicos del Palacio de Cnossos. Un joven que vivía sometido en Creta por los turcos, que sería expulsado del taller de Tiziano por discutir con el maestro veneciano y cuya representación de San Mauricio y la legión tebana merecía, en palabras del propio Felipe II, ser «arrinconada en alguna bodega». Una vida del Greco en forma de viñetas que fue publicada en México por la editorial Novaro en 1962 y que constituye la primera historieta dedicada al artista dentro del noveno arte. Licencias históricas aparte (sus 31 páginas son una de las aproximaciones más fantasiosas a la vida del pintor, por mucho que los responsables de la colección ‘Vidas ilustres’ destacasen el valor didáctico de sus historietas), El Greco, pintor de España abrió las puertas a varios trabajos que hoy, cincuenta años después, es posible destacar.

Entre ellos ha habido nuevas biografías ilustradas del pintor, como la de Pedro Iznaola, Beatriz Moreno-Cervera y Carlos Rodrigo (publicada por la editorial Celya en 2012, exactamente medio siglo después que el cómic mexicano), viñetas sobre personajes del Greco (el Caballero de la mano en el pecho y el Museo del Prado en general fueron protagonistas de uno de los números de Superlópez) e ilustraciones a partir de sus pinturas como el poderoso testimonio de Brian Michael Bendis y Alex Maleev para Daredevil Marvel Knights que hemos escogido. A propósito de este último ejemplo, por heterodoxa y provocadora que pueda parecer la asociación de ideas entre el Greco y los superhéroes del cómic norteamericano -sirva como máximo ejemplo la recreación del Expolio a base de los principales personajes del género, como Spiderman o el Capitán América, propuesta por Manuel Miguel Navas-, ésta no es precisamente nueva. Equipo Crónica ya planteó algo muy semejante en 1969 al proponer una versión del Entierro del conde de Orgaz en donde don Gonzalo Ruiz de Toledo era sepultado por Batman y con la característica inicial de Superman sobre el peto de su armadura, entre otros inclasificables elementos.

El Greco, por la naturaleza de sus pinturas, podría considerarse un artista de referencia para dibujantes clásicos como Miguel Fumagalli o ilustradores actuales como Eric Canete y John Rea. La característica elongación de sus figuras, la distribución de las masas de sombra o la conjugación de diferentes perspectivas al servicio de la monumentalidad anatómica con independencia de su espacio son rasgos que a menudo apuntan en la dirección del pintor y de sus grandes referentes, como Durero y Miguel Ángel.

En otras ocasiones, los dibujantes han tomado referentes concretos del Greco para recontextualizarlos después, desde el ejemplo de Daredevil y su representación de los apóstoles San Pedro y San Pablo (Museo del Hermitage) hasta la recreación de las estilizadas manos del pintor en mangas como Elfen Lied (Lynn Okamoto, 2002-2005), pasando por el homenaje de Enki Bilal a la representación de San Luis en Les fantômes du Louvre (2012). Incluso la antiguamente denominada Casa del Greco ha permitido a dibujantes como el guipuzcoano José Manuel Mata recrear la arquitectura colonial americana en cómics como Cubagua-ko Perla (1989).

Como icono cultural, el Greco ha sido también interpretado en clave de humor por algunos de los autores españoles más conocidos. Francisco Ibáñez, el creador de los celebérrimos Mortadelo y Filemón, introdujo un Caballero de la mano 'en el techo' en la historieta Esos kilitos malditos (1997), y Juan López Fernández (JAN) se valió del célebre retrato del Prado para uno de los relatos de Superlópez, El fantasma del Museo del Prado, en el que llegó a representarse a sí mismo como homenaje a la célebre pintura. Por razones de espacio, no podemos incluir en estas páginas las abundantes viñetas, chistes y caricaturas publicados en prensa a propósito del Greco desde hace más de un siglo, cuando dibujantes como Manuel Tovar presentaban a anticuarios vendiendo Grecos «garantizados por tres años» en pleno tricentenario de 1914.

Antes de finalizar este breve recorrido nos gustaría recordar a los autores que han contribuido a recordar al pintor durante los últimos años, como Pedro Iznaola y Héctor Caño, responsables, respectivamente, de El Greco y El entierro del Conde de Orgaz (ambos publicados por Celya Editorial en 2012 y 2014).

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por Adolfo De Mingo Lorente

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